lunes, junio 07, 2010
Arturo Corcuera
Hoy Lunes 7 de Junio en el Aula Magna de mi U tuve la oportunidad y la sopresa de escuchar al Poeta Peruano Arturo Corcuera, este Jueves y Viernes sigue por CHile.
Arturo Corcuera (Perú, 1935). Poeta. Estudió Literatura en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima; y luego en la Universidad de Madrid, entre los años 1964-1966. Se encuentran entre su obras: “Noé delirante” (1963); “Primavera triunfante” (1964); “Las Sirenas y las estaciones” (1976); “Poesía de clase” (1968); “La Gran jugada o crónica deportiva que trata de Teófilo Cubillas y el Alianza Lima” (1979); “Puente de los suspiros” (1982); “Corea Monte de diamante” (1984); “Los amantes” (1978); Prosa de juglar (1992); “Canto y gemido de la Tierra” (1998); “Puerto de la memoria” (2001);” Sonetos del viejo amador” (2001); “Parajuelos” (2002); “A bordo del arca” (2006). El año 2003 recibe el Premio Trieste de poesía, de Italia, y el 2006 obtiene el Premio Casa de las Américas, de Cuba.
SANTIAGO, Chile, jun. 6 -- La Sociedad de Escritores de Chile (SECH) y el Consejo Nacional del Libro y La Lectura, efectuarán un encuentro con la poesía latinoamericana, el jueves 10 de junio, a las 19:00 horas, en la Casa del Escritor, Almirante Simpson 7, Providencia, con entrada liberada.
En la actividad participarán los tres jurados del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2010, el peruano, Arturo Corcuera, el uruguayo Alfredo Fressia y el nicaragüense, Ernesto Cardenal.
TARZÁN Y EL PARAÍSO PERDIDO
Poema de Arturo Corcuera
Aaauaúaaa...!Aaauaúaaa...!
Tarzán (Johnny Weismuller) es internado en un manicomio por creerse Tarzán.
Su grito, que asusta a médicos y enfermeras, no es el clarín con el que hacia su victoriosa aparición en la pantalla.
El grito a Tarzán no le pertenece.
Fue un collage de sonidos confeccionado y patentado por la Warner Brothers: decantaron en el laboratorio los gruñidos de un cerdo y las notas de un tenor.
Tarzán en el sanatorio para artistas (retirados) de Hollywood,
abatido y vencido por la camisa de fuerza (él que encarnó la fuerza sin necesidad de camisa).
Hoy casi a oscuras y ayer mimado por los reflectores.
Tarzán víctima de una dolencia cardiaca se toca el corazón y piensa en Jane.
Desamparado llama en su desesperación a Chita (entre sombras ve y besa a Chita como si fuera su madre.
Chita se limpia la boca, hace morisquetas y dando volatines desaparece),
llama a Chita para que lleve un recado pidiéndole ayuda a Jane.
Pero Chita no podrá acudir. Chita no existió en la vida real.
(Eran ocho monas chimpancé, ocho monas que parieron su estampa cinematográfica).
Y Jane,
la bella silvestre de los níveos brazos,
ya no lucirá más su silueta junto a Tarzán,
porque Jane ya no filma.
Hace mucho tiempo que se le venció el contrato con la Warner: las piernas de Jane ya no están todo lo tersas que uno quisiera para hacerlas figurar en el reparto.
(Ah, Jane, paraíso perdido, divino tesoro,
ya te vas (para no volver),
cuando quiero llorar pienso en ti, mi dulce Jane.
Cuánto hubiera dado por tenerte en mis brazos, por confesarte mi amor: Yo querer mucho a Jane.
Silencio insensato que guarde por culpa de mi testaruda timidez.
Por culpa de los barritos de mi precoz adolescencia.
Ah, Jane, ya no adoro tus senos besados por las lianas.
Tus senos asediados al centímetro por flechas y lanzas.
Ya no adoro tu rostro que el tiempo implacable ha ido modelando a su capricho.
Tu rostro que acaricie con ternura (a escondidas del público) en todas las carteleras.
Que no me digan nunca que te quitaste el maquillaje.
Que no me enseñen nunca tus cabellos de desfalleciente plata.
Para mi tú serás siempre la linda muchacha que yo amé matalascallando,
que yo ayudé a inventar con mis ensueños en los destartalados cines de mi barrio, mi inolvidable Jane).
En su cuarto Tarzán da vueltas como condenado y en su rayado papel de loco repara en el espejo del lavabo y quisiera lanzarse.
Tarzán varias veces campeón olímpico de natación.
Amor, juventud y dinero, la veleidosa gloria:
todo desde el trampolín se le fue al agua.
Todo se lo devoraron con voracidad las fieras.
Entre paredes pálidas que su insomnio decora de enredaderas por sentirse libre (al final de la película) se aferra a sus sueños:
se sueña sobre el lomo de sus elefantes y sonríe.
Se sueña venciendo a sus repujados cocodrilos de cartón.
Ve acercarse a sus leones de felpa (pura melena) y Tarzán siente miedo y tiembla y grita como un desventurado niño de pecho:
Aaauaúaaa...! Aaauaúaaa...!
Pobre Tarzán indefenso y desnudo,
descolgado del ecran por inservible,
loco, completamente solo entre los locos,
aullando perdido en su paraíso perdido,
sin Jane, sin chita, sin fuerzas, sin grito,
solo con su soledad y sus taparrabos.
POEMA DEDICADO A MARIO BENEDETTI
(En: “Puerto de la memoria”, Noceva 2001)
En el Cedar’s Hospital
¿Y si a los taitantos años de mi edad
los resultados del examen clínico resultaran preocupantes?
No se cohiba, doctor, en decírmelo
aún si fueran mortales.
Que si hay necesidad de cambiar el filtro a los riñones... (en buena hora) ;
que si el colesterol vuela alto... (aterrizaremos juntos) ;
que si el corazón se fatiga... (el precio de tanto amor) ;
que si el hígado está chiflado... (qué le vamos a hacer) ;
que si existe amenaza de embotellamiento en las arterias,
(sería una catástrofe) ;
que si el azúcar... (y uno es tan dulce hasta en las amarguras) ;
que si el páncreas... (no olvidar que el páncreas mató a mi madre) ;
que si una sombra en los pulmones,que si la próstata...
Dígame, doctor, los resultados
aunque los días que me aguardaran no fueran numerosos.
Comprenda que todo tiene su fin de fiesta
y uno debe dejar sus papeles en orden,reunir y dar los últimos toques
a unos versos a mediohacer, desaliñados,
empaquetar sus chibas,
mudarse lejos, muy lejos,
irse con su música a otra parte.
Lima la gris
Lima tiene por cielo la carpa de un circo. De aquellos circos pobres de cielo remendado, que se instalan en el verano de los balnearios y nos
abruman de nostalgias. ¡Oh, niñez mía, pata-salada, corriendo
enclenque por los arenales detrás de las lagartijas!
Es el cielo de Lima tremenda lagartija. ¡Ah, si Eguren pintara de colores los gallinazos!
Cielo "color panza de burro", en el decir chispeante de Héctor Velarde.
Desolado cielo gris como el lomo de las dunas de mis desiertos norteños,
y gris como mi pelo gris y esta morriña gris
y cotidiana.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
que interesante momento
enhorabuena por ti y el poder compartir ese instante mágico
besitos de luz
gft vvgghv
aMM TA CHEVERE AHH
Publicar un comentario