lunes, junio 04, 2012





Sobre Márgenes, Anuario poético del Colectivo Mal de ojo. (Santiago: Ajiaco ediciones, 2011)
Gastón Carrasco Aguilar

La tradición popular dice que un mal de ojo implica una acción maléfica de un sujeto sobre otro por el sólo hecho de mirarlo. Más que la propia voluntad o intención, es el mal lo que cuenta. Hay miradas que matan, dicta el lugar común. El arma es el ojo, que funciona sin siquiera gatillarlo. De esto nace el Colectivo Mal de ojo, de esto y la literatura. Sin conocer muy bien su historia, sé de las constantes juntas semanales, los numerosos encuentros y actividades tanto en Santiago como en regiones. Un grupo activo de gente creyente, sí, creyente, de la autogestión y la cultura. Entre sus proyectos, surge la idea de publicar sus trabajos. Entiéndase así, un libro como resultado de un trabajo de taller, como “anuario” del proceso de escritura, revisión y reescritura de todos sus integrantes. Resulta interesante la elección del título del conjunto: Márgenes, pensando el gesto de publicación como un trabajo autogestionado, sin necesidad de acoplarse a una institución o editorial, siendo de esta manera consecuente con la idea inicial de “colectivo”. Nace así,Ajiaco ediciones.

De los integrantes, gente de regiones, santiaguinos, jóvenes y no tanto. El único filtro o criterio, haber participado del colectivo, ser miembro activo del grupo, aportar a la creación misma del anuario. Si bien hay que entender o asumir una heterogeneidad en los textos, y en los autores, es posible dar cuenta de un punto en común: escribir desde el margen. Independiente al funcionamiento de los textos, y del conjunto en sí, todos participan de un proceso de escritura, más que personal, colectivo. Se refleja el trabajo de multiplicidad de manos y ojos en los textos, se pone en cuestión la idea de autoría o propiedad. Los autores están en una misma frecuencia, todos son autores de un texto en común. Sin querer desmerecer la escritura de los participantes, se considera necesario destacar las voces de Omar del Valle (Talcahuano), Pola Arriaga Rosales (Valdivia), Emersson Pérez (Puente Alto) y  Roberto Tom García (Villa Portales). Todos poetas con una cierta claridad de voz en los poemas, conscientes y consecuentes con el ejercicio de enfrentarse a la página en blanco, lugar común y necesario.

En resumidas cuentas, se entiende el Anuario como un gesto de integrar y hacer partícipe a todos los integrantes del proceso de taller. Se nota en los textos la presencia de autores como Elvira Hernández, por ejemplo, autora generosa con los jóvenes, participante de una de las sesiones del taller. Se nota, también, la presencia de las calles, el trabajo y actividad cultural de sus participantes, colaboradores y organizadores de lecturas en el gran Santiago. Si bien el anuario, por no decir antología, palabra necesariamente evitada para estos efectos, presenta a autores en vías de una personalización o desarrollo de sus propuestas y a otros más avanzados y conscientes de su propia escritura, todos nos generan la posibilidad de leer activamente, de cuestionarnos la validez de todas las publicaciones, de participar en la poesía en todos sus matices. Me quedo con la imagen del grupo trabajando en su libro, a pasos del río Mapocho, cerca del Mercado, seguramente con alcohol, cigarros, música de los Doors y mucho entusiasmo.    

 Gastón Carrasco Aguilar: Estudiante de Pedagogía en lengua Castellana y Comunicación. Desde 2007 ha asistido a diversos talleres en Balmaceda Arte joven y Biblioteca de Santiago con poetas como Gladys González, Raúl Hernández, Germán Carrasco y Rafael Rubio. Colabora en traducciones y proyectos de investigación. Noviembre 2011 publica  Viewmaster en la Colección Cuadernos de Poesía de la Biblioteca de Santiago. Actualmente trabaja de editor del sitio www.letrasenlinea.cl 

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