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miércoles, mayo 22, 2013

Desplazamiento "Rieles sumergidos". Por Max Fernández






Desplazamiento
"Rieles sumergidos", Poesía de Emersson Pérez / (Ajiaco Ediciones, 2013)

Por Max Fernández
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Rieles sumergidos es un libro condensado –citando a Pound-«literatura cargada de sentido al máximo». Si tomáramos el título como un punto de partida, lo «sumergido» hace referencia a lo nocturno, el descender, poseer, penetrar, representado por los símbolos de la tumba, la barca, lo que se enlaza directamente con el personaje Caronte que aparece en el poema «Rojas; Arcipreste, Chulo y Orfeo».  Viaje de descenso, caída, del poeta, especie de antihéroe que se desplaza por la ciudad convertida en uno de los infiernos. Recordemos que Caronte, es el encargado de conducir las almas a través del Aqueronte para llegar a las puertas del infierno, en el caso de Emersson, un infierno de  «llantos lascivos» de «una diablesa, de tacos rojos».

Sin duda, el poemario alude a un viaje urbano, físico, pero también espiritual, onírico, metafísico. La idea de desplazamiento ocupa si no todo, gran parte del poemario, con un lenguaje propio que combina expresiones tecnológicas o provenientes del mundo de la ciencia ficción: «Cyborg», «bip», «ciencia mutagénica», palabras del pop o arte callejero «graffiti», expresiones chilenas de raíz mapuche y quechua, «imbunche chilote», «guagua» y hace guiños a lo lárico: «Los caballos han borrado todo camino»  y al lenguaje de la publicidad junto con la música pop de «Backstreet Boys» o «Fito Páez», que en gran parte, actúan  como el decorado de fondo al viaje a través de la ciudad, viaje que se anuncia desde el comienzo con el epígrafe de Teillier: «Ha terminado el verano/Regreso a la ciudad como tantas otras veces/en el sudoroso tren de la tarde»

Este viaje urbano, físico inaugurado en «Blasfaraíso» alude a una experiencia vital restituida o reconstruida a partir de recuerdos, tales como «Desde mi ventana/imaginé un triángulo tipo Bermudas/ que me arrebola la nostalgia». Valparaíso aparece al poeta como un recuerdo vivaz cargado de olores e imágenes fantasmagóricas como aparece en el poema Ecuador, que alude a la avenida del mismo nombre: «En subida Ecuador/ El mar es gigante/ las aceras llenas de residuo de vida / o de muerte, vomito, orina, lo derruido».  Lo bello y su contrario, compartiendo un mismo espacio hacen de este poemario un canto de lo transitorio, lo fragmentado, lo derruido, en definitiva, corrupción no solo del espacio, sino del cuerpo y del tiempo.

En esta ciudad puerto, aparece por primera vez, la imagen femenina representada en «Revolucionaria». No por nada está escrito en prosa, es más podría aludir a una heroína de Unamuno, Agustina, o al personaje de Nadja, de Bretón, símbolo de la revolución surrealista. Sin embargo, en la justa medida, Emersson revela uno de los  significados posibles de la experiencia amorosa, que nace de la experiencia del shock que se da en la Ciudad, que no es otra que la del deseo transitorio: «Llegó encandilándome con su fulgor rojo», «bebió cada uno de mis impulsos».  Para el poeta, la «Revolucionaria» correspondería a un cierto tipo de ideal de Spleen, donde lo única posibilidad de revolución es el goce al máximo de estos «paraísos artificiales». En palabras del autor: «para mí la única Real Revolution eran sus hormonas». Para luego,  continuar su viaje por a través de las calles de Valparaíso, Santiago, ciudades reconstruidas a partir de recuerdos.

Emersson tiende a un lenguaje crítico, a veces desolador, en el tránsito a una ciudad universal «La macrocarretera», deconstrucción del discurso de la modernidad, la globalización y las lógicas del mercado, en definitiva,  el ordenamiento de la vida en la ciudad, que va en palabras de Emersson, desde: «la manía a poner nombre a todo» y así «Al nombrar (las cosas) pasa (n) a propiedad humana» a la presencia permanente de cámaras especies de «Cárceles llenas de ojos sin párpados/vigilantes eternos». En esta «Macrocarretera» asistimos a la función de una película que pone el foco, con múltiples tomas y cámaras, en una Ciudad con «edificios, carreteras perpendiculares/los ascensores/vías exclusivas» que producen segregación, apartheid, y donde predomina la idea de dominio por sobre todas las cosas.

El poeta se enfrenta a la experiencia de soledad como habitante de una urbe de muchedumbre, personas desatentas que caminan y deambulan por la ciudad: «Es válido explotar en llanto/ en medio de la ciudad/ aunque audífonos y bocinas te silencien”. Una ciudad de «cielo gris» y «paloma (s) zombie(s)»

Sin embargo, no todo es dolor, en «Celebración» aparece nuevamente la representación de lo femenino, en la imagen de un(a) amante, representación de un erotismo sugerente: «El sonido artificial de la lycra/rebota en tu corazón/mientras el frota tus pantys/tratando de romper una liquidación/ te recuerda un comercial de lencería».

La última estación de este recorrido por los rieles de Emersson, alude a lo fragmentado, a la belleza de lo discontinuo, lo inacabado, como aparece en «Fragmentos de un espejo cóncavo», representación del impulso vital, «eros», que se desplaza a través del cuerpo: «puedes mirar como cabalga el corazón/ puedes oler como el nervio se crispa/ rebota como láser ovalado/te fulmina, te lamina, te lacera». Corte que alude a la irrupción de la tecnología, de la técnica, en el campo de la vida cotidiana, la re-producción industrial a grande escala, la mirada fotográfica que fija su mirada en partes, partes que se pueden tomar, amplificar, modificar, aún a través del ojo del poeta que experimenta, en su vagabundeo  por la ciudad, un amor a última mirada: «De reojo en el subway/ busco el eco de tu reflejo/ ¡Oh musa complace con tu rostro a este pasajero!... Me pongo los lentes y trato de darle otra mirada/ sólo veo su bella representación/huelo un perfume barato y dulce/ escucho risas a lo lejos».

Entrada copiada de Letras S5: http://letras.s5.com/eper030513.html

viernes, diciembre 28, 2012

MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS/Renato Bertoni, Emersson Pérez

Estimados amigos y amigas:


Como siempre desde las 11:00 de la mañana, en Radio Canelo CB 149 AM en toda la Región Metropolitana y su señal on line al mundo entero http://www.radiocanelo.cl/, en vivo el programa MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS, con la anti-conducción del escritor Marcelo Mallea y la anti-producción del escritor René Silva Catalán, este sábado con un especial de Música.


INVITADOS: Emersson Pérez, poeta, editor de Ajiaco Ediciones y coordinador de Revista Absenta, junto a Renato Bertoni, Profesor, poeta y tallerista.

Además, sigan la señal de tv on-line: http://www.livestream.com/mejorhablardeciertascosas y el Podcast, donde podrán llevarse todos los audios, compartirlos a través de sus redes sociales y bajarlos a sus computadoras en:http://mejorhablardeciertascosas.ivoox.com/


Los esperamos, como siempre con la mejor música, los mejores invitados y la mejor anti-compañía. Si quieres anunciar algún evento en nuestro programa, exposición, recital o lo que tu quieras, escribe a hablardeciertascosaschile@gmail.com.


Afectuosamente
Marcelo Mallea H.-
René Silva Catalán

jueves, diciembre 20, 2012

CONVOCATORIA ANTOLOGÍA METALENGUAJE


CONVOCATORIA ANTOLOGÍA METALENGUAJE

Bajo la intención de reunir y conformar un cuerpo discursivo que demuestre la existencia de una producción literaria sólida y concreta, nace esta convocatoria cuyo motor es la escritura o reescritura en torno a la estética Metal.

Antología METALENGUAJE, tiene por objetivo reunir a una gama de escritores que con o sin trayectoria literaria, evidencien que en la lengua hispana existe un fuerte campo de producción que se sitúa bajo este contexto, la música Metal o la vida del metalero como intertexto o paradigma de escritura.

BASES
  • Podrán participar escritor@s de habla hispana, sin importar su nacionalidad, edad, ni trayectoria literaria. La participación es gratuita.
  • La temática de los textos debe girar en torno al imaginario metalero, la música Metal o la vida del metalero como intertexto o paradigma de escritura.
  • Cada autor deberá enviar un máximo de 5 textos inéditos, vale decir, que no hayan sido previamente publicados ni estén en proceso de publicación.
  • Las obras de esta antología se dividirán en dos; poesía y narrativa. En el primer caso la extensión máxima será 10 carillas, en el segundo, la extensión máxima será 15 carillas. Un autor puede enviar obras para ambas categorías, sin embargo, no será publicado en ambas. No existe extensión mínima.
  • Las obras enviadas deberán ser escritas en WORD, tipo de letra Times New Roman, tamaño 12, interlineado 1,5.
  • Se recibirán las obras por correo a antologiametalenguaje@gmail.com, donde el autor deberá adjuntar las obras con las que participa y en otro archivo sus datos personales (nombre completo, nacionalidad, fecha de nacimiento, dirección actual, teléfonos de contacto, mail de contacto y currículum literario).
  • Los archivos WORD deberán ser enviado de la siguiente forma: Para el archivo con las obras deberá indicar en el nombre la categoría que postula (en mayúsculas) luego un guión y el nombre del autor. Ejemplo: POESÍA – Fulano de Tal. El archivo con los datos deberá ser indicar en el nombre lo siguiente; la palabra DATOS (en mayúsculas), luego un guión y el nombre del autor. Ejemplo: DATOS – Fulano de tal.
  • La fecha límite de entrega es el 30 de enero del 2013 y los autores seleccionados recibirán un correo entre el 28 de Febrero al 10 de Marzo del 2013, como también la lista de autores será publicada en nuestro blog: antologíametalenguaje.bligoo.com en la misma fecha.
  • El jurado estará integrado por escritores con experiencia en el área y su fallo será inapelable. El concurso no será declarado desierto.
  • Los derechos pertenecen única y exclusivamente al autor de la obra y no a los antologadores ni editoriales presentes. La publicación del libro será absolutamente gratuita para los escritores seleccionados.
  • Los participantes al momento de enviar sus obras y datos personales toman conocimiento y aceptación absoluta de las bases. En caso de cualquier inconveniente, de todas maneras se podrá llegar a un acuerdo con los gestores de METALENGUAJE, antología Metal.
  • Se publicará un total de 1000 copias de esta antología. Serán repartidas por diversos países de habla hispana y la edición estará a cargo de Ediciones Cinosargo Ajiaco ediciones.







sábado, julio 07, 2012

Lanzamiento del poemario Oficio de Bufón







COMUNICADO DE PRENSA


         El próximo martes 10 de julio a las 19:30 horas, la microeditorial Ajiaco Ediciones tiene el agrado de invitar al lanzamiento del poemario Oficio de Bufón del escritor Xirok (Javier Abarca Medel). La cita tendrá lugar en el Bar Budapest, ubicado en el tradicional barrio cultural Bellas Artes (Santo Domingo nº 528, Metro Bellas Artes -frente al MAC-).

         El segundo título publicado por esta editorial independiente será presentado por los poetas Andrés Florit, Guido Arroyo y Roberto Tom García. Para amenizar la fría noche santiaguina el autor compartirá algunos textos del libro junto con sorpresas artísticas, vino tinto y un ajiaco de honor.




Título: Oficio de Bufón
Autor: Xirok (Javier Abarca)
52 páginas, Ajiaco Ediciones
Santiago de Chile, 2012
Valor: $3.000


martes, junio 05, 2012

EL $HILE DE LA NUEVA ARMONIA


EL $HILE DE LA NUEVA ARMONIA

Sobre el Libro BI / $HILE DE ALBERTO GUZMAN
Por René Silva Catalán

Son numerosas las ocasiones a lo largo de la historia de nuestro $hile, donde encontramos a literatos, políticos, incluso a sofistas de fin de semana argumentando la necesidad de levantar una propiedad única y social sobre los cimientos de la ficción que nos rodea. Tal condición alcanza su campo más avanzado en el capitalismo imperante que ha generado una forma de ideología donde todos los ciudadanos de este país desean llevarlo puesto bajo su terno y corbata, lo que ha generado ciudades, espacios públicos, lugares de trabajo y en la periferia misma, una visión maquillada de lo que realmente sucede a diario a nuestro alrededor. Pero son escasos los intentos a través de la poesía de defender la postura contraria, esto es, develar esa ceguera social, independientemente de su naturaleza, que la gente asume como una condición de posibilidad de vida y que va de la mano con una sociedad esclavizada. Para decirlo sin pelos en la lengua: la mentira de los medios de comunicación, de las instituciones públicas, entre otras, ¿Todas ellas son un elemento necesario para la cohesión social?. No pretendo aquí realizar un análisis exhaustivo de este argumento o de ir en contra de estas ficciones que son nuestro pan de cada día sino de lo que nos habla Alberto Guzmán en su libro, ni siquiera defenderlo, sino presentar lo que nos dice él en Bi / $hile donde desarrolla de distintas posturas del ciudadano común, la visión de este país sin hasta para su bandera, sin velas para sus 200 años y el mismo discurso desde hace 22 años, que solo trajo más y nuevos problemas; somos unos perros vagos que caminan sin cesar hasta encontrar la flecha que indique el camino hacia del desarrollo (para algunos ciegos se encuentra ya a la vuelta de la esquina), donde la visión y la misma piel del autor rechaza, lo que otros no, porque prefieren esa manta que les cubre los ojos, las narices y el hocico.

En la obra de Alberto Guzmán R., podemos encontrar una ajustada aproximación al tema. Un texto en cuyo desarrollo vemos parte de una prosa, donde como recurso afronta lo más político del libro, para cambiar bruscamente al verso sencillo y reflexivo a veces lacónico de la vida urbana, Guzmán propone sin que él lo quiera, según sus palabras «una sociedad menos desesperada con una locura sana y amigable, basta de prisión de pensamientos, de actos, paremos con la humillación de la miseria y a la vez de la incultura”, una ficción sostenida pero no una utopía. Guzmán no se aleja de esa ficción, cuando desenmascara ese culto imperante hoy en los medios de comunicación, que a toda hora profetizan con sus personajes faranduleros, a que la gente los imite, negándoles la libertad de ser uno mismo. Esa es la libertad que de alguna u otra forma el autor, trata aunque sea a través de la lectura de su libro, regrese por un lapsus de tiempo, a esa imagen frente al espejo trisado y se vuelva a ser el tipo mestizo desnudo ante la imagen del descontento.

En la estructura del libro, su locución funciona bien, la reiteración como recurso, fragua y entretiene, la ironía en complicidad del lenguaje cotidiano saca más de una carcajada para saborear esa vida tal cual como él la interpreta en sus versos a la chilena, o sea a medias y a la mala. En su ascenso por el libro podemos ver temas como la malversación del estado chileno, que no es un tema que esté zanjado si no que se consume a diario, en su afán por denunciar las ilegalidades en las que vivimos, brota su sangre mapuche, su familia y sus hijos en general, en contra de esa publicidad republicana, que le debe bastante y no en cuotas a su cultura indígena y milenaria, ya vendrá el brujo a cobrar lo que le robaron, parece decir Guzmán y paulatinamente el libro va adquiriendo una realidad que no habíamos querido reconocer. Que este $hile es una larga y angosta franja de tierra que tirita con sus miedos, que las instituciones públicas, enferman su historia, que no hay barrios que hablen por si solos, si es que a uno de ellos le queda algo de identidad, el desprecio incluso de las clases bajas por el inmigrante, el respeto desteñido y sin valor hacia el obrero honrado, en fin Guzmán nos narra desde su perspectiva la realidad de las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, de un chileno común y silvestre, espiado y explotado por la nueva armonía, como él llama en el libro, a este sistema automatizado, donde la mentira es elevada a la categoría de componente esencial de nuestra alimentación diaria, donde reina la ficción y el precario equilibrio entre ser y apariencia, moralidad e inmoralidad, libertad y acatamiento de las normas, como único modo de estar alienado con este mundo que no queremos, pero que sin embargo lo preferimos para sobrevivir. Por eso el libro habla del cinismo social como medio necesario para salvar el conflicto entre los individuos y su sociedad, del mismo modo como la mentira se prefiere para disipar todo estos miedos que conviven con nosotros.

En fin BI / $HILE, es un buen libro que recomiendo, se valora ya por la opción de su autoedición, asumida sin descaro por el autor, poeta sin padrino literario por opción personal y que trata de acabar en sus páginas con la moralidad criolla de 200 años donde aun no se disipa la neblina en el vacío valle donde nos hemos domesticado, donde es mejor creer y usar máscara para salvar a nuestro $hile como bien dice el libro “Me llamo Luis / me llamo María / Me llamo Juana / Me llamo Mario / y es lo mismo / la misma pena en los ojos”.

Un libro que invita a la reflexión, a calmar esa desenfrenada maratón nocturna de nuestra mal nacida patria, a decir y pensar después de su lectura, tampoco creo en la precariedad de la Nueva Armonía, tatuada en nuestros brazos y que crece a destajo en las pestañas del horizonte, en el norte y sur de nuestras vidas. Quizás hay un aire de que el autor, pudo sacar más provecho a la unidad completa, no a su estructura ni a su tono de escritura, sino a que sus páginas son un pequeño pero fuerte aullido desde su voz poética para gritar libertad, que $hile no está de fiesta sino que hace un balance a su mediocridad de 200 años, pero se entiende, es parte del juego del autor de BI /$HILE, es la introducción a una trilogía de libros que ya se viene con la palabra más enérgica y oscura, pero con esa belleza interior que la poesía entrega y que la poesía puede hacer cambios y por favor que los necesitamos.
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Egresado de la carrera de Publicidad de la Universidad de Santiago Chile, ha sido invitado a varios encuentros de poesía a lo largo y fuera del país, recibe el Primer Lugar en género Poesía en la 15º Versión del Concurso Literario de San Bernardo año 2008 con el libro “Anatemas”, que luego publica en Editorial Fuga el año 2009. También ha realizado trabajos como gestor cultural y como diseñador gráfico para otros escritores. Es uno de los organizadores de Descentralización Poética.


lunes, junio 04, 2012





Sobre Márgenes, Anuario poético del Colectivo Mal de ojo. (Santiago: Ajiaco ediciones, 2011)
Gastón Carrasco Aguilar

La tradición popular dice que un mal de ojo implica una acción maléfica de un sujeto sobre otro por el sólo hecho de mirarlo. Más que la propia voluntad o intención, es el mal lo que cuenta. Hay miradas que matan, dicta el lugar común. El arma es el ojo, que funciona sin siquiera gatillarlo. De esto nace el Colectivo Mal de ojo, de esto y la literatura. Sin conocer muy bien su historia, sé de las constantes juntas semanales, los numerosos encuentros y actividades tanto en Santiago como en regiones. Un grupo activo de gente creyente, sí, creyente, de la autogestión y la cultura. Entre sus proyectos, surge la idea de publicar sus trabajos. Entiéndase así, un libro como resultado de un trabajo de taller, como “anuario” del proceso de escritura, revisión y reescritura de todos sus integrantes. Resulta interesante la elección del título del conjunto: Márgenes, pensando el gesto de publicación como un trabajo autogestionado, sin necesidad de acoplarse a una institución o editorial, siendo de esta manera consecuente con la idea inicial de “colectivo”. Nace así,Ajiaco ediciones.

De los integrantes, gente de regiones, santiaguinos, jóvenes y no tanto. El único filtro o criterio, haber participado del colectivo, ser miembro activo del grupo, aportar a la creación misma del anuario. Si bien hay que entender o asumir una heterogeneidad en los textos, y en los autores, es posible dar cuenta de un punto en común: escribir desde el margen. Independiente al funcionamiento de los textos, y del conjunto en sí, todos participan de un proceso de escritura, más que personal, colectivo. Se refleja el trabajo de multiplicidad de manos y ojos en los textos, se pone en cuestión la idea de autoría o propiedad. Los autores están en una misma frecuencia, todos son autores de un texto en común. Sin querer desmerecer la escritura de los participantes, se considera necesario destacar las voces de Omar del Valle (Talcahuano), Pola Arriaga Rosales (Valdivia), Emersson Pérez (Puente Alto) y  Roberto Tom García (Villa Portales). Todos poetas con una cierta claridad de voz en los poemas, conscientes y consecuentes con el ejercicio de enfrentarse a la página en blanco, lugar común y necesario.

En resumidas cuentas, se entiende el Anuario como un gesto de integrar y hacer partícipe a todos los integrantes del proceso de taller. Se nota en los textos la presencia de autores como Elvira Hernández, por ejemplo, autora generosa con los jóvenes, participante de una de las sesiones del taller. Se nota, también, la presencia de las calles, el trabajo y actividad cultural de sus participantes, colaboradores y organizadores de lecturas en el gran Santiago. Si bien el anuario, por no decir antología, palabra necesariamente evitada para estos efectos, presenta a autores en vías de una personalización o desarrollo de sus propuestas y a otros más avanzados y conscientes de su propia escritura, todos nos generan la posibilidad de leer activamente, de cuestionarnos la validez de todas las publicaciones, de participar en la poesía en todos sus matices. Me quedo con la imagen del grupo trabajando en su libro, a pasos del río Mapocho, cerca del Mercado, seguramente con alcohol, cigarros, música de los Doors y mucho entusiasmo.    

 Gastón Carrasco Aguilar: Estudiante de Pedagogía en lengua Castellana y Comunicación. Desde 2007 ha asistido a diversos talleres en Balmaceda Arte joven y Biblioteca de Santiago con poetas como Gladys González, Raúl Hernández, Germán Carrasco y Rafael Rubio. Colabora en traducciones y proyectos de investigación. Noviembre 2011 publica  Viewmaster en la Colección Cuadernos de Poesía de la Biblioteca de Santiago. Actualmente trabaja de editor del sitio www.letrasenlinea.cl 

martes, julio 12, 2011

La otra muerte


Jorge Luis Borges
(1899–1986)

La otra muerte
(El Aleph (1949)


Un par de años hará (he perdido la carta), Gannon me escribió de Gualeguaychú anunciando el envío de una versión, acaso la primera española, del poema The Past, de Ralph Waldo Emerson, y agregando en una postdata de que don Pedro Damián, de quien yo guardaría alguna memoria, había muerto noches pasadas, de una congestión pulmonar. El hombre, arrasado por la fiebre, había revivido en su delirio la sangrienta jornada de Masoller; la noticia me pareció previsible y hasta convencional, por que don Pedro, a los diecinueve o veinte años, había seguido las banderas de Aparicio Saravia. La revolución de 1904 lo tomo en una estancia de Río Negro o de Paysandú, donde trabajaba de peón; Pedro Damián era entrerriano, de Gualeguay, pero fue adonde fueron los amigos, tan animoso y tan ignorante como ellos. Combatió en algún entrevero y en la batalla última; repatriado en 1905, retomó con humilde tenacidad las tareas de campo. Que yo sepa, no volvió a dejar su provincia. Los últimos treinta años los pasó en un puesto muy solo, a una o dos leguas del ñancay; en aquel desamparo, yo conversé con él una tarde (yo traté de conversar con él una tarde), hacia 1942. Era hombre taciturno, de pocas luces. El sonido y la furia Masoller agotaban su historia; no me sorprendió que los reviviera, en la hora de su muerte... Supe que no vería más a Damián y quise recordarlo; tan pobre es mi memoria visual que sólo recordé una fotografía que Gannon le tomó. El hecho nada tiene de singular, si consideramos que al hombre lo vi a principios de 1942, una vez, y a la efigie, muchísimas. Gannon me mandó esa fotografía; la he perdido y ya no la busco. Me daría miedo encontrarla.
El segundo episodio se produjo en Montevideo, meses después. La fiebre y la agonía del entrerriano me sugirieron un relato fantástico sobre la derrota de Massoller; Emir Rodrígez Monegal, a quien referí el argumento, me dio unas líneas para el coronel Dionisio Tabares, que había hecho esa campaña. El coronel me recibió después de cenar. Desde un sillón de hamaca, en un patio, recordó con desorden y con amor los tiempos que fueron. Habló de municiones que no llegaron y de caballadas rendidas, de hombres dormidos y terrosos tejiendo laberintos de marchas, de Saravia, que pudo haber entrado en Montevideo y que se desvió, “porque el gaucho teme a la ciudad”, de hombres degollados hasta la nuca, de una gerra civil que me pareció menos la colisión de dos ejércitos que el sueño de un matrero. Habló de Illescas, de Tupambaé, de Maseller. Lo hizo con períodos tan cabales y de un modo tan vívido que comprendí que muchas veces había referido esas mismas cosas, y temí que detrás de sus palabras casi no quedaran recuerdos. En un respiro conseguí intercalar el nombre de Damián.
—¿Damián? ¿Pedro Damián? —dijo el coronel—. Ése sirvió conmigo. Un tapecito que le decían Daymán los muchachos. —Inició una ruidosa carcajada y la cortó de golpe, con fingida o veraz incomodidad.
Con otra voz dijo que la guerra servía, como la mujer, para que se probaran los hombres, y que antes de entrar en batalla, nadie sabía quién es. Alguien podía pensarse cobarde y ser un valiente, y asimismo al revés, como le ocurrió a ese pobre Damián, que se anduvo floreando en las pulperías con su divisa blanca y después flaqueó en Masoller. En algún tiroteo con los zumacos se portó como un hombre, pero otra cosa fue cuando los ejércitos se enfrentaron y empezó el cañoneo y cada hombre sintió que cinco mil hombres se habían coaliado para matarlo. Pobre gurí, que se la había pasado bañando ovejas y que de pronto lo arrastró esa patriada...
Absurdamente, la versión de Tabares me avergonzó. Yo hubiera preferido que los hechos no ocurrieran así. Con el viejo Damián, entrevisto una tarde, hace muchos años, yo había fabricado, sin proponérmelo, una suerte de ídolo; la versión de Tabares lo destrozaba. Súbitamente comprendí la reserva y la obstinada soledad de Damián; no las había dictado la modestia, sino el bochorno. En vano me repetí que un hombre acosado por un acto de cobardía es mas complejo y mas interesante que un hombre meramente animoso. El gaucho Martín Fierro, pensé, es menos menos memorable que Lord Jim o que Razumov. Sí, pero Damián, como gaucho, tenía obligación de ser Martín Fierro —sobre todo, ante gauchos orientales. En lo que Tabares dijo y no dijo percibí el agreste sabor de lo que se llama artiguismo: la conciencia(tal vez incontrovertible) de que el Uruguay es más elemental que nuestro país y, por ende, más bravo... Recuerdo que esa noche nos despedimos con exagerada efusión.
En el invierno, la falta de una o dos circunstancias para mi relato fantástico (que torpemente se obstinaba en no dar con su forma) hizo que yo volviera a la casa del coronel Tabares. Lo hallé con otro señor de edad: el doctor Juan Francisco Amaro, de Paysandú, que también había militado en la revolución de Saravia. Se habló, previsiblemente, de Masoller. Amaro refirió unas anécdotas y después agregó con lentitud, como quien está pensando en voz alta:
—Hicimos noche en Santa Irene, me acuerdo, y se nos incorporó alguna gente. Entre ellos, un veterinario francés que murió la víspera de la acción, y un mozo esquiador, de Entre Ríos, un tal Pedro Damián.
Lo interrumpí con acritud.
—Ya sé —le dije—. El argentino que flaqueó ante las balas.
Me detuve; los dos me miraban perplejos.
—Usted se equivoca, señor —dijo, al fin, Amaro—. Pedro Damián murió como querría morir cualquier hombre. Serían las cuatro de la tarde. En la cumbre de la cuchilla se había hecho fuerte la infantería colorada; los nuestros la cargaron, a lanza; Damián iba en la punta, gritando, y una bala lo acertó en el pecho. Se paró en los estribos, concluyó el grito y rodó por tierra y quedó entre las patas de los caballos. Estaba muerto y la última carga de Massoller le paso encima. Tan valiente y no había cumplido veinte años.
Hablaba, a no dudarlo, de otro Damián, pero algo me hizo preguntar qué gritaba el gurí. —Malas palabras —dijo el coronel—, que es lo que se grita en las cargas.
—Puede ser —dijo Amaro—, pero también gritó ¡Viva Urquiza!
Nos quedamos callados. Al fin, el coronel murmuró:
—No como si peleara en Masoller, sino en Cagancha o India Muerta, hará un siglo.


Agregó con sincera perplejidad:
—Yo comandé esas tropas, y juraría que es la primera vez que oigo hablar de un Damián.
No pudimos lograr que lo recordara.
En Buenos Aires, el estupor que me produjo su olvido se repitió. Ante los once deleitables volúmenes de las obras de Emerson, en el sótano de la librería inglesa de Mitchell, encontré, una tarde, a Patricio Gannon. La pregunté por su traducción de The Past. Dijo que no pensaba traducirlo y que la literatura española era tan tediosa que hacía innecesario a Emerson. Le recordé que me había prometido esa versión en la misma carta en que me escribió la muerte de Damián. Se lo dije, en vano. Con un principio de terror advertí que me oía con extrañeza, busqué amparo en una discusión literaria sobre los detractores de Emerson, poeta más complejo, más diestro y sin duda más singular que el desdichado Poe.
Algunos hechos más debo registrar. En abril tuve carta del coronel Dionisio Tabares; éste ya no estaba ofuscado y ahora se acordaba muy bien del entrerrianito que hizo punta en la carga de Masoller y que enterraron esa noche sus hombres, al pie de la cuchilla. En julio pasé por Gualeguaychú; no di con el racho de Damián,de quien ya nadie se acordaba. Quise interrogar al puestero Diego Abaroa, que lo vio morir; éste había fallecido antes del invierno. Quise traer a la memoria los rasgos de Damián; meses después; hojeando unos álbunes, comprobé que el rostro sombrío que yo había conseguido evocar era el del célebre tenor Tamberlinck, en el papel de Otelo.
Paso ahora a las conjeturas. La más fácil, pero también la menos satisfactoria, postula dos Damianes: el cobarde que murió en Entre Ríos hacia 1946, el valiente, que murió en Masoller en 1904. Su defecto reside en no explicar lo realmente enigmático: los curiosos vaivenes de la memoria del coronel Tabares, el olvido que anula en tan poco tiempo la imagen y hasta el nombre del que volvió. (No acepto, no quiero aceptar una conjetura más simple: la de haber yo soñado al primero.) Más curiosa es la conjetura sobrenatural que ideó Ulrike von Kuhlmann. Pedro Damián, decía Ulrike, pereció en la batalla, y en la hora de su muerte suplicó a Dios que lo hiciera volver a Entre Ríos. Dios vaciló un segundo antes de otorgar esa gracia, y quien la había pedido ya estaba muerto, y algunos hombres lo habían visto caer. Dios, que no puede cambiar el pasado, pero sí las imágenes del pasado, cambió la imagen de la muerte en la de un desfallecimiento, y la sombra del entrerriano volvió a su tierra. Volvió, pero debemos recordar su condición de sombra. Vivió en la soledad, sin una mujer, sin amigos; todo lo amó y lo poseyó, pero desde lejos, como del otro lado de un cristal; “murió”, y su tenue imagen se perdió, como el agua en el agua. Esa conjetura es errónea, pero hubiera debido sugerirme la verdadera (la que hoy creo la verdadera), que a la vez es la más simple y más inaudita. De un modo casi mágico la descubrí en el tratado De Omnipotentia, de Pier Damiani, a cuyo estudio me llevaron dos versos del Canto XXI del Paradiso, que plantean precisamente un problema de indentidad. En el quinto capítulo de aquel tratado, Pier Damiasini sostiene, contra Aristóteles y contra Fredegario de Tours, que Dios puede efectuar que no haya sido lo que alguna vez fue. Leí esas viejas discusiones teológicas y empecé a comprender la trágica historia de don Pedro Damián.


La adivino así. Damián se portó como un cobarde en el campo de Masoller, y dedicó la vida a corregir esa bochornosa flaqueza. Volvió a Entre Ríos; no alzó la mano a ningún hombre, no marcó a nadie, no buscó fama de valiente, pero en los campos del ñancay se hizo duro, lidiando con el monte y la hacienda chúcara. Fue preparando, sin duda sin saberlo, el milagro. Pensó con lo más hondo: Si el destino me trae otra batalla, yo sabré merecerla. Durante cuarenta años la aguardó con oscura esperanza, y el destino al fin se la trajo, en la hora de su muerte. La trajo en forma de delirio pero ya los griegos sabían que somos las sombras de un sueño. En la agonía revivió su batalla, y se condujo como un hombre y encabezó la carga final y una bala lo acertó en pleno pecho. Así, en 1946, por obra de una larga pasión, Pedro Damián murió en la derrota de Masoller, que ocurrió entre el invierno y la primavera de 1904.
En la Suma Teológica se niega que Dios pueda hacer que lo pasado no haya sido, pero nada se dice de la intrincada concatenación de causas y efectos, que es tan vasta y tan íntima que acaso no cabría anular un solo hecho remoto, por insignificante que fuera, sin invalidar el presente. Modificar no es modificar un solo hecho; es anular sus consecuencias, que tienden a ser infinitas. Dicho sea de con otras palabras; es crear dos historias universales. En la primera (digamos), Pedro Damián murió en Entre Ríos, en 1946; en la segunda, en Masoller, en 1904. Esta es la que vivimos ahora, pero la supresión de aquélla no fue inmediata y produjo las incoherencias que he referido. En el coronel Dionisio Tabares se cumplieron las diversas etapas: al principio recordó que Damián obró como un cobarde; luego, lo olvidó totalmente; luego, recordó su impetuosa muerte. No menos corroborativo es el caso del puestero Abaroa; éste murió, lo entiendo, porque tenía demasiadas memorias de don Pedro Damián.
En cuanto a mí, entiendo no recorrer un peligro análogo. He adivinado y registrado un proceso no accesible a los hombres, una suerte de escándalo de la razón; pero algunas circunstancias mitigan ese privilegio temible. Por lo pronto, no estoy seguro de haber escrito siempre la verdad. Sospecho que en mi relato hay falsos recuerdos. Sospecho que Pedro Damián (si existió) no se llamó Pedro Damián, y que yo lo recuerdo bajo ese nombre para creer algún día que su historia me fue sugerida por los argumentos de Pier Damiani. Algo parecido acontece con el poema que mencione en el primer párrafo y que versa sobre la irrevocabilidad del pasado. Hacia 1951 creeré haber fabricado un cuento fantástico y habré historiado un hecho real; también el inocente Virgilio, hará dos mil años, creyó anunciar el nacimiento de un hombre y vaticinaba el de Dios.
¡Pobre Damián! La muerte lo llevó a los veinte años en una triste guerra ignorada y en una batalla casera, pero consiguió lo que anhelaba su corazón, y tardó mucho en conseguirlo, y acaso no hay mayores felicidades.

EL PASADO
Ralph Waldo Emerson




La deuda está pagada,

El veredicto declarado,
Las erinias instauradas,
La plaga se quedó,
Todas fortunas ganadas,
Vira la llave y tapia la puerta,
Dulce es la muerte por siempre,
Ningún odio asesino puede entrar,
Todo ahora es seguro y rápido;
Ni los dioses pueden agitar el pasado,
Moscas-a la puerta de adamantio,
Atráncala eternamente,
Nadie puede volver a entrar,
Ni cauteloso ladrón,
Ni satanás con artimañas reales,
Robar por ventana, grieta o agujero,
Atar o desatar, añadir lo que no hay,
Insetar una hoja o inventar un nombre,
Nueva-faz o terminar lo conservado,
Alterar o reparar el hecho eterno.

viernes, junio 24, 2011

24 de Junio 1935 -Nace Jorge Teillier


"He dormido donde un amigo", de Jorge Teillier

He dormido donde un amigo hasta las siete de la tarde
Ahora sé que el Diazepam es lo mismo que el Valium 10
Los gallos cantan a cualquier hora
Salgo al patio
Hay cinco gatos vagos cuyos nombres no conozco
Pero me saludan como a un viejo colega.
Llega mi amigo. Salimos a beber Santa Emiliana a la calle
Capitán Ávalos
Somos los últimos en salir del boliche
Y tal vez mañana los primeros en llegar.

Hace años no me despertaban los gallos a esta hora
Estoy en un lugar donde se lee: “The Ring”
Los libros de Rubén Azócar y “La Balada del Café Triste”.

No sé por qué tengo una ceja rota
¿Escribiré una nueva carta al Suicida?
¿Viajaré al Deep South a mirar los últimos trenes a vapor?
¿Comeré kuchen de manzana en donde aún se creen alemanes?
¿Leeré versos a quienes sólo escuchan a Julio Iglesias?

Con una chaqueta de terciopelo
Que alguien que creía amarme me regaló en Madrid
Y una horrenda corbata obsequio del poeta Cameron
Veo morir el atardecer en la Gran Avenida
“Muerte no te enorgullezcas”.
Qué importa terminar como Stan Laurel
Haré cuenta que fui actor de una mala película
Cuyo guión no dejé redactar a nadie más.







* Publicado en EN EL MUDO CORAZÓN DEL BOSQUE (1997).

* El diazepam y/o Valium 10 es un ansiolítico e hipnótico, utilizado para aliviar el nerviosismo o ansiedad, primeramente, y también para facilitar el sueño.

* The Ring es conocida como la 'Biblia del Box'. De origen yanki, es publicada desde 1922.

* Santa Emiliana es una marca de vinos chilenos. Fue fundada el año 1986 bajo el nombre de Bodegas y Viñedos Santa Emiliana. Es un clásico vino 'aceptable' de la clase media chilena nuestra.

* Rubén Azócar nació en Lota Alto, el 25 de marzo de 1901, y murió el 9 de abril de 1965 en Santiago de Chile siempre. Fue escritor y profesor. Comenzó su labor literaria como poeta, aunque su obra más relevante es por lejos Gente en la isla, publicada en 1938.

* La balada del café triste es un libro de relatos de la escritora yanki Carson McCullers (1917-1967).

* No hablaré de Julio Iglesias.

* Juan Cameron (nacido Claudio Zamorano Cameron, el 28 de enero de 1947 en Valparaíso) es un notable poeta chileno conocido principalmente por sus obras Perro de circo (1978), Cámara oscura (1985) y Video clip (1989). Fue muy anigo de Juan Luis Martínez, con el que se juntaban (y fueron ligados) en el Café Cinema, en la Quinta Región de Chile.

* La Gran Avenida José Miguel Carrera es una de las principales arterias del sector Sur de Santiago de Chile.

* John Donne (nacido el año 1572y muerto el 31 de marzo de 1631) es sindicado como el poeta metafísico más importante de Inglaterra. Dentro de su producción están los llamados Sonetos Sagrados, de los cuáles Teillier toma “Muerte no te enorgullezcas”, verso que es parte del soneto 'X', que dice así: "Death, be not proud, though some have called thee/ Mighty and dreadful, for thou art not so,/ For those, whom thou think'st thou dost overthrow,/ Die not, poor Death, nor yet canst thou kill me./ From rest and sleep, which but thy picture be,/ Much pleasure, then from thee much more must flow,/ And soonest our best men with thee do go,/ Rest of their bones, and soul's delivery./ Thou'rt slave to Fate, chance, kings, and desperate men,/ And dost with poison, war, and sickness dwell,/ And poppy, or charms can make us sleep as well,/ And better than thy stroke, why swell'st thou then?/ One short sleep past, we wake eternally,/ And Death shall be no more, Death, thou shalt die.//" (Las negritas son mías).

* Stan Laurel (nacido Arthur Stanley Jefferson el 16 de junio de 1890 en Ulsverton, Lancashire,y murió en Los Ángeles, el 23 de febrero de 1965, todo esto en Estados Unidos) integró junto a Oliver Hardy el dúo cómico "Laurel & Hardy", conocido en castellano como "El Gordo & el Flaco". También fue escritor y director. Laurel (El Flaco) tuvo un derrame cerebral y luego tuvo que ver cómo su enflaquecido amigo Hardy moría de otro derrame más severo. Años más tarde sufrió una hemorragia en el ojo izquierdo que lo dejó por un tiempo sin visión. Hacia fines de 1964 le diagnosticaron un cáncer de paladar y a principios del '65 murió de un ataque cardíaco.

© Notas de Juan Carlos Villavicencio


Jorge Teillier Musicalizado

lunes, marzo 21, 2011

Todos somos Gonzalo Rojas


--->Todos somos Gonzalo Rojas
Todos somos poesía<----- Realizemos un merecido homenaje al Gran poeta Gonzalo Rojas. ...Marcha intercultural que comenzará en Paseo Ahumada con la Alameda y llegará hasta Plaza de Armas, en el trayecto todas las personas que se unan a la actividad podrán realizar cualquier tipo de manifestación artística, a libre elección, como leer poesía, cantar, declamar, entre otras. Al llegar a la Plaza de Armas, se desarrollarán performances y lecturas poéticas a cargo del Colectivo poético y de acción social "Mal de Ojo", quienes, también, son los que convocan en la oportunidad, en donde cualquier persona que asista podrá leer su poesía a través de un megáfono abierto. La idea es que esta macha intercultual sea MASIVA! Creen grupos en face, impriman el afiche y péguelo en la U, en el trabajo, en la calle, donde quiera!! NOS VEMOS EL VIERNES 25! CUÉNTANOS COMO QUIERES PARTICIPAR PARA ASÍ ORGANIZARNOS!! -----> colectivopoeticomaldeojo@gmail.com

martes, diciembre 28, 2010

Puente De Saturno




Ya Esta ONLINE la edición de fin de año de PUENTE DE SATURNO, revista de arte (en especial literatura) dirigida por el poeta chileno CRISTIAN BERRÍOS en esta edición he tenido el honor de aparecer en la misma con unos poemas inéditos.


Ciudad De Dios

I
Que le pasa al mundo, siento más que pienso
los elementos químicos no piensan Actúan
y los pájaros siguen bebiendo debajo de la fuente
Me pregunto viendo una paloma muerta
si los perros beberán sangre de los ríos
Sangre latinoamericana
bajando por la montañas

II

Es válido explotar en llanto,
en medio de la ciudad.
aunque audífonos y bocinas no dejen escuchar
un Letrero reclama a Dios como único camino
sobre el fondo tienes ese cielo que es azul

tanta belleza por que
ese cielo azul
que todos vemos
no es cielo
ni es azul (1)

este cielo gris es nuestro cielo

Donde la paloma zombi volara.

1-Bajo Fondo Tango Club- Ese Cielo


EDITORIALES:

EL INCENDIO

ZOMBIS NAVIDEÑOS

ARTÍCULOS:

CONFABULACIÓN TRASANDINA

CHARLIE PARKER

EN BOCA DE MUJER

CHANCHO 6

ENTREVISTAS:

CRISTÓBAL SOTO

PABLO LÓPEZ

LETRAS:

JULIETA MORENO

NORYS SAAVEDRA

EMERSSON PÉREZ

ESCRITO EN PUENTE

© Puente de Saturno Octubre – Diciembre 2010

ISSN 0717-9737

domingo, noviembre 07, 2010

Des-Borde Magazine Numero 3


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Emersson Pérez en Des-Borde Magazine Numero 3

Sección Microficciones

pagina 46 "Panda" y " Un Viejo LLora frente a mí".

Pagina 86 microcuento " LLuvia Divina"

miércoles, noviembre 03, 2010

La Hora de la Lengua: Entrevista Emersson Pérez


La Hora de la Lengua: Primer Programa: "En este primer programa, contamos con la presencia de nuestro querido compañero Emersson Pérez, quien nos contó acerca de sus proyecciones y..."


Seguir Link para escuchar entrevista.

miércoles, octubre 27, 2010

EN GIRONA UNA CALLE PARA ROBERTO BOLAÑO


Estamos felices de anunciar a todos los amantes de la literatura y a todos quienes respetan y aprecian la figura y la obra de Roberto Bolaño, que el próximo mes de enero de 2011 se inaugurará en la ciudad de Girona, la calle que llevará su nombre: Roberto Bolaño Ávalos.

Ubicada en el barrio de Taialà, esta calle testimonia el reconocimiento público de la ciudad de Girona, a un escritor que residió en ella durante los años ochenta, y que pasó aquí -como él mismo lo testimonia en su obra- unas temporadas difíciles marcadas por la soledad y la incertidumbre económica, en donde fue su pasión por la literatura, el tesón y el trabajo tenaz, quienes le permitieron superar todas las pruebas y obstáculos. De su época en Girona, destacamos la poesía y la prosa escrita en este tiempo, así como la edición, junto a Bruno Montané, de la revista de poesía Berthe Trèpat, en la que participaron, entre varios otros, poetas como Enrique Lihn, que por la época se carteaba periódicamente con el joven Bolaño.

Próximamente, estaremos en condiciones de confirmar la fecha, el horario, el lugar y el guión del acto. Podemos adelantar, en todo caso, que se tratará de un acto cálido, abierto al público, realizado con la sola intención de rescatar la figura de Roberto Bolaño, de recordarle y expresar el cariño y el agradecimiento que nos merece, por haber concebido una propuesta literaria de semejante valor y envegadura, que ha abierto caminos para una mejor comprensión de la historia universal reciente, sobre todo a lo que se refiere al ámbito latinoamericano y occidental, y que ha gatillado, además, la obertura de nuevos puentes y canales de conocimiento entre diferentes tradiciones literarias.

Celebramos, entonces, la Calle Roberto Bolaño, afectuosamente, recordando estas palabras certeras y cumplidas del poeta: "De lo perdido, de lo irremediablemente perdido, sólo deseo recuperar la disponibilidad cotidiana de mi escritura, líneas capaces de cogerme del pelo y levantarme cuando mi cuerpo ya no quiera aguantar más. (...) Como esos versos de Leopardi que Daniel Biga recitaba en un puente nórdico para armarse de coraje, así sea mi escritura". (R.B.)

J.M.

Girona, octubre de 2010


Entrada Original:
http://el-llop-ferotge.blogspot.com/

jueves, octubre 21, 2010

EPIFANÍAS NOCTURNAS.


BAR #1 PRESENTA - EPIFANÍAS NOCTURNAS.

Evento nocturno donde la expresión se intercala con visiones más allá de este mundo.

Elefante 17 - Muestra Audiovisual.

Gabriela Riveros - Performance.
Jazmin Ramirez - Performance y muestra fotográfica.

Valentina Robledo - Audiovisial.

Festín Sagital - Banda Psicodélico experimental.

Pablo Lacroix (Mal de Ojo) - Performance Poética.

Andres Saenz (Mal de Ojo)- Lectura Poética.
Rockpoe (Mal de Ojo) - Lectura Poética.
Emersson Pérez (Mal de Ojo) - Lectura Poética.
Pamela Meza (poeta invitada) - Lectura Poética.

Plan Macabro - Banda Punk.
Leche con Mora - Banda Punk.
Rencor - Banda Punk.

Organizan Colectivo de Arte y acción social Mal de Ojo, Movimiento Forestal, Templo Sagital y Domus Aurea.

Precio entrada: 1000 pesos.

martes, septiembre 07, 2010

miércoles, septiembre 01, 2010

Los Neochilenos - Roberto Bolaño


Los neochilenos

a Rodrigo Lira


El viaje comenzó un feliz día de noviembre
Pero de alguna manera el viaje ya había
terminado
Cuando lo empezamos.
Todos los tiempos conviven, dijo Pancho
Ferri,
El vocalista. O confluyen,
Vaya uno a saber.
Los prolegómenos, no obstante,
Fueron sencillos:
Abordamos con gesto resignado
La camioneta
Que nuestro mánager en un rapto
De locura
Nos había obsequiado
Y enfilamos hacia el norte,
El norte que imanta los sueños
Y las canciones sin sentido
Aparente
De los Neochilenos,
Un norte, ¿cómo te diría?,
Presentido en el pañuelo blanco
Que a veces cubría
Como un sudario
Mi rostro.
Un pañuelo blanco impoluto
O no
En donde se proyectaban
Mis pesadillas nómadas
Y mis pesadillas sedentarias.
Y Pancho Ferri
Preguntó
Si sabíamos la historia
Del Caraculo
Y el Jetachancho
Asiendo con ambas manos
El volante
Y haciendo vibrar la camioneta
Mientras buscábamos la salida
De Santiago,
Haciéndola vibrar como si fuera
El pecho
Del Caraculo
Que soportaba un peso terrible
Para cualquier humano.
Y recordé entonces que el día
Anterior a nuestra partida
Habiámos estado
En el Parque Forestal
De visita en el monumento
A Rubén Darío.
Adiós, Rubén, dijimos borrachos
Y drogados.
Ahora los hechos banales
Se confunden
Con los gritos anunciadores
De sueños verdaderos.
Pero así éramos los Neochilenos,
Pura inspiración
Y nada de método.
Y al día siguiente rodamos
Hasta Pilpilco y Llay Llay
Y pasamos sin detenernos
Por La Ligua y Los Vilos
Y cruzamos el río Petorca
Y el río
Quilimari
Y el Choapa hasta llegar
A La Serena
Y el río Elqui
Y finalmente Copiapó
Y el río Copiapó
En donde nos detuvimos
Para comer empanadas
Frías
Y Pancho Ferri
Volvió con las aventuras
Intercontinentales
Del Caraculo y del Jetachancho,
Dos músicos de Valparaíso
Perdidos
En el barrio chino de Barcelona.
Y el pobre Caraculo, dijo
El vocalista,
Estaba casado y tenía que
Conseguir plata
Para su mujer y sus hijos
De la estirpe Caraculo,
De tal forma que se puso a traficar
Con heroína
Y un poco de cocaína
Y los viernes algo de éxtasis
Para los súbditos de Venus.
Y poco a poco, obstinadamente,
Empezó a progresar.
Y mientras el Jetachancho
Acompañaba a Aldo Di Pietro
¿Lo recuerdan?
En el Café Puerto Rico
El Caraculo veía crecer
Su cuenta corriente
Y su autoestima.
¿Y qué lección podíamos
Sacar los Neochilenos
De la vida criminal
De aquellos dos sudamericanos
Peregrinos?
Ninguna, salvo que los límites
Son tenues, los límites
Son relativos: gráfilas
De una realidad acuñada
En el vacío.
El horror de Pascal
Mismamente.
Ese horror geométrico
Y oscuro
Y Frío
Dijo Pancho Ferri
Al volante de nuestro bólido,
Siempre hacia el
Norte, hasta
Toco
En donde descargamos
La megafonía
Y dos horas después
Estábamos listos para actuar:
Pancho Relámpago
Y los Neochilenos.

Un fracaso pequeño
Como una nuez.
Aunque algunos adolescentes
Nos ayudaron
A volver a meter en la camioneta
Los instrumentos: niños
De Toco
Transparentes como
Las figuras geométricas

de Blaise Pascal.
Y después de Toco, Quillagua,
Hilaricos, Soledad, Ramaditas,
Pintados y Humberstone,
Actuando en salas de fiestas vacías
Y burdeles reconvertidos
En hospitales de Liliput,
Algo muy raro, muy raro que tuvieran
Electricidad, muy
Raro que las paredes
Fueran semi sólidas, en fin,
Locales que nos daban
Un poco de miedo
Y en donde los clientes
Estaban encaprichados con
El fist-fucking y el
Feet-fucking,
Y los gritos que salían
De las ventanas y
Recorrían el patio encementado
Y las letrinas al aire libre,
Entre almacenes llenos
De herramientas oxidadas
Y galpones que parecían
Recoger toda la luz lunar,
Nos ponían los pelos
De punta.
¿Cómo puede existir
Tanta maldad
En un país tan nuevo,
Tan poquita cosa?
¿Acaso es éste
El Infierno de las Putas?
Se preguntaba en voz alta,
Pancho Ferri
Y los Neochilenos no sabíamos
Qué responder.
Yo más bien reflexionaba
Cómo podían progresar
Esas variantes neoyorquinas del sexo
En aquellos andurriales
Provincianos.
Y con los bolsillos pelados
Seguimos subiendo:
Mapocho, Negreiros, Santa
Catalina, Tana,
Cuya y
Arica,
En donde tuvimos
Algo de reposo -e indignidades.
Y tres noches de trabajo
En el Camafeo de
Don Luis Sánchez Morales, oficial
Retirado.
Un lugar lleno de mesitas redondas
Y lamparitas barrigonas
Pintadas a mano
Por la mamá de Don Luis,
Supongo.
Y la única cosa
Verdaderamente divertida
Que vimos en Arica
Fue el sol de Arica:
Un sol como una estela de
Polvo.
Un sol como arena
O como cal
Arrojada ladinamente
Al aire inmóvil.
El resto: rutina.
Asesinos y conversos
Mezclados en la misma discusión
De sordos y de mudos,
De imbéciles sueltos
Por el Purgatorio.
Y el abogado Vivanco,
un amigo de don Luis Sánchez,
Preguntó qué mierdas queríamos decir
con esa huevada de los Neochilenos.
Nuevos patriotas, dijo Pancho,
Mientras se levantaba
De la reunión
Y se encerraba en el baño.
Y el abogado Vivanco
Volvió a enfundar la pistola
En una sobaquera
De cuero italiano,
Un fino detalle de los chicos
De Ordine Nuovo,
Repujada con primor y pericia.
Blanco como la luna
Esa noche tuvimos que meter
Entre todos
A Pancho Ferri en la cama.
Con cuarenta de fiebre
Empezó a delirar:
Ya no quería que nuestro grupo
Se llamara Pancho Relámpago
Y los Neochilenos,

sino Pancho Misterio
Y los Neochilenos:

El terror de Pascal,
El terror de los vocalistas
El terror de los viajeros,
Pero jamás el terror
De los niños.
Y un amanecer,
Como una banda de ladrones,
Salimos de Arica
Y cruzamos la Frontera
De la República.
Por nuestros semblantes
Hubiérase dicho que cruzábamos
La frontera de la Razón.
Y el Perú legendario
Se abrió ante nuestra camioneta
Cubierta de polvo
E inmundicias
Como una fruta sin cáscara,
Como una fruta quimérica
Expuesta a las inclemencias
Y a las afrentas.
Una fruta sin piel
Como una adolescente desollada.
Y Pancho Ferri, desde
Entonces llamado Pancho
Misterio, no salía
De la fiebre,
Musitando como un cura
En la parte de atrás
De la camioneta
Los avatares -palabra india-
Del Caraculo y del Jetachancho.
Una vida delgada y dura
Como soga y sopa de ahorcado,
La del Jetachancho y su
Afortunado hermano siamés:
Una vida o un Estudio
De los Caprichos del Viento.
Y los Neochilenos
Actuaron en Tacna,
En Mollendo y Arequipa
Bajo el patrocinio de la Sociedad
Para el Fomento del Arte
Y la Juventud.
Sin vocalista, tarareando
Nosotros mismos las canciones
O haciendo mmm, mmm, mmmmh,
Mientras Pancho se fundía
En el fondo de la camioneta,
Devorado por las quimeras
Y por las adolescentes desolladas.
Nadir y cénit de un anhelo
Que el Caraculo supo intuir
A través de las lunas
De los narcotraficantes
De Barcelona: un fulgor
Engañoso,
Un espacio diminuto y vacío
Que nada significa,
Que nada vale, y que
Sin embargo se te ofrece
Gratis.
¿Y si no estuviéramos
En el Perú?, nos
Preguntamos una noche
Los Neochilenos.
¿Y si este espacio
Inmenso
Que nos instruye
Y limita
Fuera una nave intergaláctica,
Un objeto volador
No identificado?
¿Y si la fiebre
De Pancho Misterio
Fuera nuestro combustible
O nuestro aparato de navegación?
Y después de trabajar
Salíamos a caminar por
las calles del Perú:
Entre patrullas militares, vendedores
Ambulantes y desocupados,
Oteando
En las colinas
Las hogueras de Sendero Luminoso,
Pero nada vimos.
La oscuridad que rodeaba los
Núcleos Urbanos
Era total.
Esto es como una estela
Escapada de la Segunda
Guerra Mundial
Dijo Pancho acostado
En el fondo de la camioneta.
Dijo: filamentos
De generales nazis como
Reichenau o Model
Evadidos en espíritu
Y de forma involuntaria
Hacia las Tierras Vírgenes
De Latinoamérica:
Un hinterland de espectros
Y fantasmas.
Nuestra casa
Instalada en la geometría
De los crímenes imposibles.
Y por las noches solíamos
Recorrer algunos cabaretuchos:
Las putas quinceañeras
Descendientes de aquellos bravos
De la Guerra del Pacífico
Gustaban escucharnos hablar
Como ametralladoras.
Pero sobre todo
Les gustaba ver a Pancho
Envuelto en varias y coloridas mantas
Y con un gorro de lana
Del altiplano
Encasquetado hasta las cejas
Aparecer y desaparecer
Como el caballero
Que siempre fue,
Un tipo con suerte,
El gran amante enfermo del Sur de Chile,
El padre de los Neochilenos
Y la madre del Caraculo y el Jetachancho,
Dos pobres músicos de Valparaíso,
Como todo el mundo sabe.
Y el amanecer solía encontrarnos
En una mesa del fondo
Hablando del kilo y medio de materia gris
Del cerebro de una persona
Adulta.
Mensajes químicos, decía
Pancho Misterio ardiendo de fiebre,
Neuronas que se activan
Y neuronas que se inhiben
En las vastedades de un anhelo.
Y las putitas decían
Que un kilo y medio de materia
Gris
Era bastante, era suficiente, para qué
Pedir más.
Y a Pancho se le caían
Las lágrimas cuando las escuchaba.
Y luego llegó el diluvio
Y la lluvia trajo el silencio
Sobre las calles de Mollendo,
Y sobre las colinas,
Y sobre las calles del barrio
De las putas,
Y la lluvia era el único
Interlocutor.
Extraño fenómeno: los Neochilenos
Dejamos de hablarnos
Y cada uno por su lado
Visitamos los basurales de
La Filosofía, las arcas, los
Colores americanos, el estilo inconfundible
de Nacer y Renacer.
Y una noche nuestra camioneta
Enfiló hacia Lima, con Pancho
Ferri al volante, como en
Los viejos tiempos,
Salvo que ahora una puta
Lo acompañaba.
Una puta delgada y joven
De nombre Margarita,
Una adolescente sin par,
Habitante de la tormenta
Permanente.
Sombra delgada y ágil,
La ramada oscura
Donde curar sus heridas
Pancho pudiera.
Y en Lima leímos a los poetas
Peruanos:
Vallejo, Martín Adán y Jorge Pimentel
Y Pancho Misterio salió
Al escenario y fue convincente
Y versátil.
Y luego, aún temblorosos
Y sudorosos
Nos contó una novela
Llamada Kundalini,
De un viejo escritor chileno.
Un tragado por el olvido
De nombre Délano, alias Coke,
Como la Coca-Cola o algo así,
Dijimos los Neochilenos
Y Margarita.
Y el fantasma de la Coca-Cola
Escribió -parece ser-
Una novela llamada Kundalini,
Y Pancho apenas la recordaba,
Hacía esfuerzos, sus palabras
Hurgaban en una infancia atroz
Llena de amnesia, de pruebas
Gimnásticas y mentiras,
Y así nos la iba contando,
Fragmentada,
El grito Kundalini,
El grito de una yegua turfista
Y la muerte colectiva en el hipódromo.
Un hipódromo que ya no existe.
Un hueco anclado
En un Chile inexistente
Y feliz.
Y aquella historia tuvo
La virtud de iluminar
Como un paisajista inglés
Nuestro miedo y nuestros sueños
Que marchaban de Este a Oeste
Y de Oeste a Este,
Mientras nosotros, los Neochilenos
Reales
Viajábamos de Sur
A Norte.
Y tan lentos
Que parecía que no nos movíamos.
Y Lima fue un instante
De felicidad,
Breve pero eficaz.
¿Y cuál es la relación, dijo Pancho,
Entre Morfeo, dios
Del sueño
Y morfar, vulgo
Comer?
Sí, eso dijo,
Abrazado por la cintura
De la bella Margarita,
Flaca y casi desnuda
En un bar de Lince, una noche
Leída y partida y
Poseída
Por los relampagos
De la quimera.
Nuestra necesidad.
Nuestra boca abierta
Por la que entra
La papa
Y por la que salen
Los sueños: estelas
Fósiles
Coloreadas con la paleta
Del apocalipsis.
Sobrevivientes, dijo Pancho
Ferri.
Latinoamericanos con suerte.
Eso es todo.
Y una noche antes de partir
Vimos a Pancho
Y a Margarita
De pie en medio de un lodazal
Infinito.
Y entonces supimos
Que los Neochilenos
Estarían para siempre
Gobernados
Por el azar.
La moneda
Saltó como un insecto
Metálico
De entre sus dedos:
Cara, al sur,
Cruz, al norte,
Y luego nos subimos todos
A la camioneta
Y la ciudad
De las leyendas
Y del miedo
Quedó atrás.
Un día feliz de enero
Cruzamos
Como hijos del Frío,
Del frío Inestable
O del Ecce Homo,
La frontera con Ecuador.
Por entonces Pancho tenía
28 ó 29 años
Y pronto moriría.
Y 17 Margarita.
Y ninguno de los Neochilenos
Pasaba de los 22.


Buenos Aires -mayo de 1993


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Poema de: Tres. Ed. El Acantilado, Barcelona, 2000.

Encontrado en: http://www.letras.s5.com/bolano050102.htm

Fotografia de : http://garciamadero.blogspot.com/